Todavia tienes una anecdota dentro de un cine porno? Aun existen en tu ciudad? Pues dale una mirada a esta pagina y te daras cuenta que no eres el unico. Si tienes alguna experiencia que contar .... estamos ansiosos de conocerla.

domingo, 19 de mayo de 2013

Mi Experiencia en el Cine Porno Urdaneta de Caracas





Hola, solo quería comentarles que extraño a el Cine Urdaneta, las escenas en los asientos era lo mejor les digo que lo disfrute como nunca, lástima que de todas las veces que fui solo 3 veces vi mujeres se podían diferenciar de los transfor y por el acompañante también, era para no sentirme sola ya saben por lo de la solidaridad femenina, la oscuridad del cine, su invitación a lo prohibido, el ambiente lleno de hombres y todos iban a lo mismo, ha claro con temor que eso hacía que se me acelerara el corazón, miren a mis 39 años siento que he explorado mucho la sexualidad, pero si tuviera que entrar de nuevo a un cine porno de igual manera tuviera la misma sensación temeraria que sientes cuando casi llegas a la entrada, el corazón se acelera, los momentos en que estas en la taquilla parecieran interminables y cuando entras esa oscuridad que de repente te ciega, la pantalla que por instantes permite ver tenuemente el ambiente rico y lujurioso del local, todo lo que eso produce a veces es inexplicable, todavía me gusta ser exhibicionista por lo que procuro conservar mi cuerpo, mucho gym y cero excesos, eso hacía que cada vez iba al Urdaneta las miradas estaban cerca de mí y mi pareja, un hombre con una mentalidad muy abierta, el mismo a veces me dice ponte esto o aquello que te hace ver provocativa cuando salgo a la calle y en la noche cuando regreso del trabajo y hacemos el amor o me está mamando la cuca me pregunta cómo me fue?, que cosas ricas me dijeron?, si me excito algo?, si me morbociaron? Si me provoco tocarme la cuca por lo que me dijeron?, si hubo algún roce de manos o guevos inesperados? en que sitios? si había gente? Etc. 

Me gusta mucho cada vez que salgo en licras, siempre con una franela o blusa que tape un poco pero que deje ver lo que a los hombres les interesa, me encanta cuando se marca la vagina sobre la ropa interior, por eso siempre trato de tener mi cuca bien depilada, porque sé que esa raja marcada causa estragos en los hombres sobre todo si mi culo y mis caderas estiran lo suficiente la ropa, los hombres inmediatamente clavan la mirada fijamente, me encanta cuando intentan disimular y sus gestos en la calle me hacen sentir una mujer deseada, me excita mucho cuando voltean a ver mi culo, nalgas bien formadas modestia aparte con un poquito de celulitis por supuesto jajajajajajajaja claro la edad y los años no pasan en vano.


He tenido muchas experiencias ricas, excitantes en muchos lugares, momentos muy ricos en el metro, camionetas de pasajeros, en el trabajo, en el gym, algunos al aire libre la playa, algún parque sobre todo en el avila, pero esta es muy especial.


Sin embargo cuando iba al cine siempre use pantalones solo una vez fui en falda, pensé que iba a ser más cómodo pero entre en pánico había muchas expectativas y eso me puso muy nerviosa y no logre disfrutar lo que esperaba, pero al final de cuentas logre ver muchos penes algunos grandes largos más de 20 cms y otros gruesos muy gruesos, que sentía que me invitaban a masturbarme, varias veces lo hice pero pocas con hombres al lado distintos a mi pareja, me encantaba ver como se masturbaban viéndome la cuca yo hacía movimientos leves de abrir y cerrar mis piernas de manera disimulada y de vez en cuando me tocaba la cuca de manera sutil cuando todo se ponía muy rico, pero verdaderamente todo era fascinante, también cuando veía que un hombre tenía sexo oral con un gay o cuando simplemente lo hacían viendo la película, ha que por cierto eran pocos, me percataba que más bien se masturbaban viendo a su alrededor como si esperaran una oportunidad, particularmente siempre buscaba la forma de ver los penes, trataba de captar cualquier movimiento extraño que sugiriera algún tipo de masturbación y de repente cuando acertaba y lograba observar ya sea porque estaban en la misma fila o delante de mí, waooooo! Que rico! Que emocionante! Se veía lo grande, gruesos y brillantes que se ponen después de la lubricación y ese instante mágico de ver cuando el pene va creciendo y se va poniendo muy grueso sus venas sobresaltadas y después ver ese semen blanco amarillento o a veces algo transparente en la punta del guevo , pero es la explosión cuando acaban que es lo que me encanta , me gusta pensar que es provocado por mí, que desean mi culo, mi vagina, mis tetas, mis piernas, imagino que ese chorro de leche hirviendo es dentro de mí, que me llenan la vagina con ese líquido espeso que algunas veces parecen como gránulos de gelatina de lo espeso que es, que acaban en mi boca, aunque tragarlo a veces es amargo, también siempre quise ver lo que pasaba en el baño de hombres porque el de mujeres estaba cerrado solo logre verlo abierto un par de veces y no me atrevía a entrar sola, sin embargo en el de masculinos siempre había mucho movimiento de entradas y salidas de muchos hombres, gay y transfor frecuentemente, eso me excitaba mucho, imaginarme lo que sucedía idílico, imaginaba que podía entrar y cumplir fantasías, que podían hacer cola para cogerme que podía escoger los guevos más ricos, duros y grandes para que me penetraran doble y dejar los más pequeños para mamarlos mientras que los otros me cogían, pensaba que si me descubrían espiando me podían secuestrar y me iban a meter a la fuerza en unos de cuartuchos horribles hediondos a orine y me iban a poner a mamar y llevar guevo incansablemente, hasta una vez pensé en disfrazarme de hombre para entrar quería saciar esa curiosidad que para una mujer es prohibido, ha también pensé en hacerlo por si algún conocido me veía por casualidad, mi esposo me contaba que el baño no era nada agradable más bien sucio y tenía mal olor pero creo que por las expectativas de estar allí y ver la acción podría tal vez soportar cualquier cosa, realmente la emoción de verlo estoy segura sobrepasaba mucho esa realidad, por razones obvias nunca logre entrar.


Pero logre ver de todo, hombres de todo tipo, bien parecidos y otros no tanto, de todas las edades, con traje, bueno no sé, parecían vendedores o abogados, pavitos, muchos obreros con su vianda, una de esas veces que fui por cierto creo que si no me equivoco fue entre las primeras, tal vez la tercera sentía un cosquilleo terrible, tenía mucha emoción, tenía el presentimiento que esta vez sí podía pasar algo más que solo ver, entramos mi pareja y yo y nos sentamos más o menos por la mitad del cine detrás de nosotros no había nadie, empecé a ver la película pero no podía concentrarme y disimuladamente veía de reojo a mi alrededor, nadie en nuestra fila, pero como a los 5 min sentí que alguien se sentó detrás de nosotros y un hombre que estaba en la parte inferior de la sala que subía y al parecer se retiraba pero cuando nos vio repentinamente giro y también se ubicó detrás de nosotros, al rato sentí como un movimiento acompañado de un esfuerzo, no quise voltear inmediatamente si no que disimuladamente le dije a mi pareja al oído que si quería se masturbara y aproveche y voltee a ver y era un hombre sentado detrás de nosotros el otro que había girado estaba sentado dos asientos más retirado pero con clara visión hacia la nosotros, para mi sorpresa era muy joven tal vez 18 o 20 años y estaba muy excitado acariciando su pene que era inmenso me encanto a primera vista, después a cada instante volteaba a verlo y él me veía seductoramente dándose cada vez más duro, se lo pelaba completo y veía su gran tamaño, tenía algo ya de semen lubricante alrededor de la cabeza del guevo, eso me puso la cuca muy aguada, atacada de nervios por lo que estaba viviendo, le comente a mi esposo que me iba a masturbar que no aguantaba, pero que lo quería masturbar a él también, que estuviera pendiente, me desabotone el pantalón y baje el cierre, me empecé a tocar pero al rato me di cuenta que no era suficiente, que el pantalón me quedaba muy ajustado y era muy incómodo, así que como pude lo baje un poco más hasta llegar a mis muslos tratando de tapar un poco con mi camisa y me empecé a masturbar de nuevo y a él también, pero siempre cada vez que podía repetidamente miraba hacia atrás, no podía dejar de ver ese guevo inmenso tan rico detrás de mí quería compartir mi flujo vaginal con el semen de ese extraño, luego baje mi cabeza y empecé a darle sexo oral a mi marido, mamarle el guevo allí a mi marido fue fascinante, pero sinceramente también quería compartir mi deseo de excitación con aquel hombre que estaba sentado detrás de nosotros, verdaderamente estaba muy excitada, como a los 5 min de mucho nervio mi pareja acabo y yo seguía masturbándome necesitaba un poco de ayuda y volteé y le dije al hombre que estaba detrás de nosotros que se pasara al asiento que estaba a mi lado, vi que le costó subirse el cierre debido al guevo tan inmenso que tenía y cuando se levantó se le notaba un bulto muy rico no creía que iba a tener ese guevo inmenso durísimo en mi boca, mi cuca temblaba de emoción, inmediatamente después de ese movimiento ya habían casi como 10 hombres detrás de nosotros algo disgregados, unos al final de la fila, otros en la parte de atrás y uno solo en la parte delantera que volteaba sin cesar constantemente, el joven se sentó a mi lado e instintivamente me empezó a mirar las piernas y mi cuca, me dijo tienes una cuca divina se ve bien grande, tu culo riquísimo me encanto cuando lo vi, tienes unas piernas muy gruesas, me gustaste desde que te vi entrar y no aguante y me senté detrás de ti, te quiero meter el guevo aquí mismo, ven siéntate sobre mí para que pruebes tu guevo grueso que ya está a punto de acabar! y siguió masturbándose divino, a mí no me faltaban ganas para que lo hiciera se veía tan rico, pero mi mente todavía tenía algo de control sobre mí, mi pareja me dijo al oído, deja que yo te masturbo mientras que tú ves y me empezó a masturbar y yo viendo al otro hombre a mi lado, que se daba tan rico en su guevo tan grueso, tenía tanta energía que no aguante y me arme de valor, poco a poco lo empecé a tocar con mi mano derecha, primero fueron roces leves en sus piernas, pero fui subiendo poco a poco hasta que empecé a tocar su mano y el cuerpo cavernoso de su guevo grueso hasta que sentí esa cabeza tan dura, gorda, esponjosa tan rica y lubricada, por lo que lo tome por completo y lo empecé a masturbar divino, mientras que lo hacía sentía movimientos absorbentes dentro de mi cuca y mi marido concentrado en masturbarme, la cuca me latía tanto que ya era una piscina llena de flujo, sentía como mi clítoris se ponía inmenso, los pezones de mis tetas parados durísimos, quería que alguien me los mamara, necesitaba ese guevo desesperadamente dentro de mí, pensé porque que no podía ser sencillo aunque sea rozarlo por mi cuca, pegar esa cabeza rica de mi clítoris y lubricarlo más con esas gotas trasparentes de semen que le salían a ese guevo tan rico, pensaba porque no podía sentarme sobre él y aunque sea pasar ese guevo varias veces por toda la rajita de mi cuca hasta acabar divino, estaba loca por sentirlo, por probarlo, pero la realidad sencillamente era otra, así que muy nerviosa y acelerada empecé a darle más duro presentía que no tenía mucho tiempo que algo podía ocurrir y le dije a mi marido dale papi no pares méteme los dedos amor disfrútame cielo y yo masturbando al tipo.


Como a los 3 min ya sentía que aquel hombre tenía ganas de acabar, su guevo temblaba en mi mano, podía ver su rostro por el resplandor de la película, también podía sentir su fuerte respiración, sus ojos se volteaban y se cerraban solos de placer, empujaba muy duro su guevo contra mi mano y apretaba sus manos muy fuertes contra el asiento, cuando de repente sentí unos quejidos de placer y salió disparado ese rio caliente de semen en mi mano y algunos salpicones en mi pantalón, deseaba mamarlo pero me dio miedo, en eso el tipo cuando su guevo dejo de temblar en mi mano y ya algo débil intento tocarme, estaba llena de placer y muy pero muy excitada, cuando sentí sus manos gruesas en mis piernas, sentí que el mundo se me venía encima, que tenía que controlarme, pero el tipo en un movimiento inesperado me empezó a besar la oreja y el oído verdaderamente no pude aguantar me estaba volviendo loca y así que en que abrí un poco más mis piernas para que el también pudiera llegar con sus manos hasta mi cuca, estaba deseosa de sentir otra mano masculina, quería esos dedos masajeándome la cuca por dentro que ya estaba bien lubricada, pero mi marido continuaba metiéndome los dedos en la vagina repetidamente una y otra vez, pero se dio cuenta de las intenciones del tipo y para no quedarse atrás de repente bajo su boca hasta mi cuca, sentí un calor increíble, la humedad de su boca, la suavidad de sus labios y la dureza de su lengua, me hicieron vibrar de placer, solo fueron necesarios unos pocos segundos dentro de mí, su lengua dura entro hasta el fondo de mi cuca tocando todas las paredes de mi vagina y su boca me dio unos cuantos chupones ricos en mis labios vaginales que hicieron que mi clítoris se pusiera a reventar y yo quería acompañar tan grande intensidad sexual estirando mi mano para agarrarle de nuevo el guevo lleno de leche al tipo y metérmelo a la boca para mamarlo rico y tragar el poco de leche que le quedaba, pero sinceramente no me dio tiempo, no pude alcanzar hacerlo, porque esos instantes ricos de mamarme esa cuca en público fueron tan excitantes y más que suficientes para que mi cuerpo ya no diera más, no aguantara, se estremeciera y cediera, ya estaba a punto de acabar y comencé a tener movimientos incontrolables y gemidos no muy fuertes para no llamar la atención, yo misma me tapaba la boca con la mano izquierda para no gritar, mientras sentía en mi mano derecha la suavidad carnosa de ese pene gruesísimo y ya algo relajado del otro hombre que en el éxtasis me incitaba de nuevo a volverlo a masturbar y además de impulsar mi cadera apretando mis nalgas hacia arriba para darle fuerza a mi cuca y pegarla más contra la boca y la lengua de mi marido, de repente sentía que llegaba esa explosión, ese cosquilleo agitando todo mi cuerpo, que pronto se convirtió en un impulso eléctrico repetitivo paralizante desde mis rodillas pasando por todas mis piernas hasta mi llegar a mi cuca que temblaba con fuertes contracciones electrizantes, sentía que me ahogaba que me hacía falta oxígeno y como pude tuve que empujar la cabeza de mi marido, para que su lengua y boca no tocaran más mi cuca, cuando logre quitar sus labios de mi cuca y a pesar del descontrol pude ver lo húmeda y brillante que estaba su boca y su cara sonriente me indicio que todo le gustaba y le parecía rico, eso me encanto me lleno mucho de satisfacción, mi clítoris estaba duro y paradísimo, ya muy sensible, rojo de tanto dedo, lengua y labios, le dije que ya basta y cerré mis piernas pero mi cuerpo seguía experimentando esa sensación rica, ya temblando y sin fuerzas continúe unos instantes más en esa condición, acabe como nunca antes, se me olvido todo a mi alrededor hasta que estaba en público, las contracciones que había sentido fueron únicas sobretodo porque estaba en ese lugar tan inusual, no quería que nadie me tocara, quede como desmayada, prácticamente inconsciente, verdaderamente muy aturdida, cuando recobre más o menos de nuevo la mirada que la tenía muy ida de placer y volteé a mi alrededor había cualquier cantidad de hombres mirándome, algunos casi que sus ojos me hablaban para esperar su turno mientras había otros limpiándose ya acabados y otros con lo guevos todavía en las manos goteando leche y sacudiéndolos, fue un instante inolvidable quería mamar guevo como loca pero ni modo ya había acabado y se me estaba bajando la intensidad.


Sin embargo mi corazón todavía seguía acelerado así que me tranquilice por unos minutos, sentía que mi cuca estaba viscosamente saturada de flujo y saliva que se habían rodado inevitablemente hasta llegar a mi culo y empaparlo en lubricación rica ya estaba listo para una penetración riquísima, pero ni siquiera tuve la idea de llevarme un vibrador, pero también pensé que no se me había ocurrido si iba haber tantos guevos en ese sitio, pero bueno lamentablemente eso en esa oportunidad nunca ocurrió pero hubiese sido maravilloso, también sentía la humedad en el asiento y mi mano todavía llena de leche de aquel hombre, que me limpie con el asiento y mi pantalón, que por cierto era un jean azul claro y se empezó a notar mucho esa humedad en mis muslos y entrepiernas, pero ni modo no tenía con que limpiarme, luego decidí subirme el hilo que me quedaba ajustado pero estaba tan agotada que me costó muchísimo subirme de nuevo el pantalón que lo había bajado producto de la excitación un poco más de los muslos casi hasta mis rodillas y no me quedo otra si no que levantarme un poco para que pudiera subir completo el pantalón, pero en el instante que me levante evidentemente tuve que mostrarle el culo a los hombres que estaban detrás de mí y al que estaba adelante le tuve que mostrar completamente mi cuca fue rápido pero sentí muchos chasquidos como de chuparse los labios que hacían los hombres y me dijeron algunas cosas muy ricas cuando me vieron pero no había tiempo para prestarle atención, ya posteriormente ubicada en el asiento y algo exhausta por el esfuerzo acomodarme la ropa estaba sudando y tenía mucho calor, así que sin tener ningún tipo de conversación con ese hombre que había masturbado, le dije a mi marido que nos fuéramos y así lo hicimos, pero cuando iba subiendo por la sala tomada del brazo de él, veía a muchos hombres masturbándose recostados en las butacas de todas las filas, que me seguían con la mirada, me mostraban deliberadamente sus guevos paradísimos, mi marido miro hacia atrás y yo siempre con la mirada hacia delante y pude observar ciertos reacomodos y movimientos en la sala, el cine lo sentía caliente me daba la impresión de que hacía falta aire, un hombre sentado casi en las últimas filas con la camisa abierta hasta el pecho, con el guevo entre las manos que se inclinaba sobre el asiento, me lo mostraba, tenía el guevo muy prensado y fibroso y repetidamente lo empujaba hacia mí como para que yo lo viera y lo agarrara, me gustó mucho, pero también me gusto lo que me dijo “tienes una cuca riquísima ese pantalón te queda divino y lo tienes manchado de leche me excita mucho, no lo laves para que te acuerdes y regreses!” fue el único hombre que pronunció una frase completa, nunca más he podido olvidar esa expresión, ya al final de la sala era necesario empujar la puerta para poder salir y había un grupo pequeño de hombres tal vez 3 o 4 no me fije bien, seguramente observando un sitio caliente donde ubicarse y hablando entre sí, pero al ver que nos acercábamos captamos su atención y su postura cambio rápidamente para vernos, se separaron para darnos paso, sentía sus miradas sobre mi cuerpo, de repente la tensión se apodero de mí, caí en la realidad y más bien sentí algo de vergüenza por eso disimule para que no me vieran el rostro no me quería imaginar que fuesen conocidos y baje un poco la cabeza y me tape de lado el rostro con el cabello, mi marido salió primero tomándome de la mano y seguidamente lo hice yo, sentí respiraciones cerca de mi oído, algún roce muy leve por mis glúteos y algún comentario que no escuche bien, pero seguramente insignificante, pero me dio la idea de sé que podía estar allí donde estaban esos hombres parados y observar sin necesidad de estar dentro del público, pero agradablemente me fije que era también era el sitio más oscuro del cine así que podía pasar cualquier cosa desde una masturbación pausada, una mamada de cuca rica o hasta una penetración rápida disimulada para satisfacer mi cuca deseosa mi culo apretado.


Después que salimos ya eso como casi a las 7:00 pm, ya algo oscuro, empecemos a subir la cuadra, había algo de tráfico que me encandilaban con las luces y hacia que se me notaran más las manchas de humedad en mi pantalón y aparte unos pocos transeúntes, poco a poco sentí que estaba regresando a la realidad cotidiana, hasta me sentí extraña, me parecía que el cine era mi lugar, tan divino, tan mágico, no podía negar que tenía una sensación de sentimientos encontrados quería irme por la hora, pero también quería ver un rato más, para mí el poco tiempo que estuve sentí cierta comodidad, pero ya estaba afuera así que pudo más la conciencia y empezamos a retíranos pensé que ese espectacular momento había terminado, pero de repente mi marido se da cuenta que había un hombre que disimuladamente nos seguía, hasta que nos paramos cerca de la esquina superior de la cuadra del cine, al lado de un negocio de artefactos eléctricos que estaba cerrado, mientras yo me limpiaba e intentaba secar con la camisa un poco el pantalón, y al hombre no le quedó de otra sino que seguir, me asombro que al tenerlo cerca y logre ver su cara me percate que era hombre mayor, no pensé nada malo, que podía querer con nosotros un hombre de edad?, sin embargo sus movimientos eran algo sigilosos, suaves, discretos, tenía los ojos algo soñolientos, era más bien como del tipo lascivo, su mirada penetrante, algo desalineado, inmediatamente muy cerca de nosotros en plena calle subiendo se agarró el guevo a través del pantalón solo se le vía un bulto, realmente pensé que no podía ser gran cosa y nos hacía señas repetidamente de manera ondulante y de lado a lado con la lengua, eran muy descaradas y cruzo la calle pero no sin dejar de verme, lo que me llamo más la atención a pesar de su edad fue la intensidad de su mirada concentrada en mi cuerpo, no le importó que mi marido estuviera muy cerca de mí, imaginaba que deseaba tocar mis tetas, la entrepiernas , su mirada solo se desviaba para observar las marcas de humedad en mi pantalón y cuando seguimos caminado volteaba y notaba que se había quedado recostado de una columna circular en la calle de en frente y mantenía su visión fijamente en mi culo y no sin dejar de agarrase el guevo medio tapándose con la columna, insistía con su gestualidad depravada invitándome al sexo, me parecía que era extremadamente sádico que no se podía controlar, evidentemente nos había visto dentro del el cine o saliendo de él, me imagino queriendo tanta cuca y buscando placer nos observó hasta que nos perdimos de vista, pero ya en la calle casi llegando a la avenida principal y con tanta cantidad de gente no sentí medio por lo que ocurría, en otras ocasiones me había pasado algo similar también normalmente con gente mayor y solo una vez inesperadamente con un joven vecino como de 15 o 16 años que lo conocía desde que él era muy niño y que tenía toda mi confianza, por esas razones no le di mucha importancia, aparte de que mi mente todavía estaba invadida por los centellazos de la sala, no me podía quitar esas imágenes de la cabeza, mi marido me hablaba sentía que me decía cosas y me comentaba pero realmente no lo escuchaba, estaba hipnotizada, seguía sumergida en ese mundo surreal, divino, la delicia que cualquier mujer podría soñar pero que nadie se atreve a comentar, un espacio ideal para la que desee explorar pueda hacerlo, sin ningún tipo de compromisos, ojala hubiese sido más mixto, lástima que el sitio era un algo público y esta sociedad es muy rígida con eso, pero a pesar de eso ya en ese momento pensaba que teníamos que regresar en otra ocasión por lo impactante que había sido esa ocasión, estoy segura que nadie que no haya ido nunca se podía imaginar tamaño espectáculo de extraños que supera la ciencia ficción.


Así que seguimos caminamos rápidamente y llegamos a la Av. Baralt donde tomamos una camioneta, luego al llegar a la casa fui directo al baño y deje la puerta abierta, tenía el hilo súper mojado lleno de mucho flujo, al tocarme todavía tenía la sensación rica de lo vivido, llame a mi marido le dije que se acercara y sentada le dije que se bajara el pantalón y le di varios besitos ricos y sugirientes en la cabeza del guevo hasta le pase la lengua por la punta del guevo y me quedo un hilito de leche rico pegado de la lengua agradeciéndole por haberme hecho sentir esa sensación tan rica en el cine, en la casa no había otro tema de conversación si no la experiencia en el cine porno, mi marido me pregunto muchas veces que si me había gustado, yo le respondí que sí, pero que era muy osado, tanto así que no recordaba ni si quiera al principio alguna escena de esa película, esa noche no hizo falta ningún estimulante para tener sexo, hice el amor con mi marido como nunca, acabe muchísimas veces, perdí la cuenta, le dije cuando me estaba penetrando que me metiera el dedo duro por el culo, y le contaba que imaginaba mucho al hombre que masturbe, recordé la sensación de sus manos, la textura y el grosor de su guevo, le conté lo suave que se sentía al masturbarlo, que imaginaba o más deseaba sentirlo dentro de mí, también imagine a todos los guevos que vi ese día, las expresiones de deseo y gozo de esos hombres, de repente llegue a pensar que si me agarraban me iban a coger como nunca, imagine la doble penetración con ese guevo tan grueso de ese joven, también mamar muchos guevos de la cantidad de gente que estaban detrás de nosotros, esos hilos de leche corriendo por sus pantalones nunca los he de olvidar, también le dije que me gusto el hombre del guevo fibroso divino con la camisa abierta que por un momento hizo sentirme provocada a tocarme la cuca como señal de aceptación y mostrarle alguna gestualidad de saborearlo, creo que eso lo hubiese sido suficiente estimulación para hacerlo acabar, pero por razones de la naturaleza publica me contuve, sin embargo mi esposo me dijo que lo hubiese hecho que habría sido muy emocionante para ese tipo, lo cierto es que hizo que me sintiera atraída locamente a sentarme sobre él y querer disfrutarlo divinamente, apretar ese guevo templado dentro de mi cuca llena de flujo hasta sacarle la última gota de leche y sentir la sensación divina de mezclar nuestros fluidos después de un orgasmo espectacular, hubiese sido una experiencia extraordinariamente encantadora, hasta pensé en ese viejo ocioso, pervertido, enfermo, sádico que movía esa lengua rico, que nos estaba acosando y no dejaba de verme, ese día le dije a mi marido con mi mente alocada que había llegado hasta punto de imaginarlo mamándome incansablemente la cuca, moviendo esa lengua nerviosa y dentro de mí y a la vez intentando temblorosamente de masturbase, para ver si se le paraba ese guevo que estoy segurísima que precisamente si estaba dentro del cine eso era lo que estaba haciendo pero que no pudo concluir y fue lo que lo impulso a salir del cine detrás de nosotros, queriendo más de lo que había visto, pero luego me sorprendió mucho lo que me dijo mi marido que ese hombre había estado todo el tiempo frente de mí que era el hombre que estaba sentado a delante de nosotros y había visto todo que cuando yo empecé a masturbar al otro hombre se había vuelto como loco y hacia movimientos raros en su butaca, de hecho me dijo que cuando nos levantamos para irnos el hombre deliberadamente se paró en la mitad del pasillo para masturbarse mientras íbamos subiendo por la sala para salir del cine, cuando mi marido me conto eso me excite mucho eso me encanto, si comencé a imaginar que ese hombre mayor, sin mujer, vicioso y depravado, que se masturbaba pensando en mí, queriendo disfrutar de mi cuerpo, mis tetas, mi cuca, mi culo, mis piernas, me imaginaba que tan solo el roce de mis tetas o de mi cuca lubricada con su lengua, lo iba a poner desesperado, estoy segura que ese es el tipo de hombre que podría estar toda la noche mamándome la cuca sin descansar y masturbándose tratando de pararse el guevo como fuese posible y que tal vez ya no da le mas, pero queriendo recordar la sensación rica de su juventud, verdaderamente fue una experiencia única e inolvidable, ese olor a sexo por todas partes, el movimiento de gente buscando sexo a como fuera lugar por todo el cine, las entradas disimuladas de hombres al baño y a la salida imaginaba la gran cantidad de leche desperdiciada que habrían dejado por todas partes, cuantos guevos no habrán mamado en ese lugar, cuanto sexo desesperado, me preguntaba si en tantos años allí si se habrán cogido alguna mujer, creo que sí y yo sin poder ver absolutamente nada, me parecía tan egoísta, tan injusto, tanto desperdicio sexual otros añorando tan solo un poco de ese escenario de placer.  


Por ahora solo me queda en mi memoria recordar todas las veces que fui, siempre fue muy emocionante para mí, aunque la mayoría de las veces no hice nada solo veía lo que ocurría, que ya era demasiado excitante ver el movimiento adentro, la insistencia de los gay y los transfor ofreciendo sexo, los hombres exhibiendo sus cualidades, sus miembros erectos y dispuestos a la espera de cualquier acción esperando por una ardiente que verdaderamente sobran, las pocas veces que vi otras mujeres su pareja las abrazaban y las apretaban fuertemente contra ellos pero estoy segura que ellas sentían la misma sensación que yo, esperando que sus compañeros las liberaran un poco y disfrutar de las bondades extravagantes de ese escenario, que ni el Márquez de Sade a podía imaginar, también vi una que otra escena dantesca, todas las veces que por casualidad ahora he pasado por x circunstancias, con compañeras o compañeros de trabajo siempre hacen comentarios de tipo graciosos del sitio, yo me sonrió pero nunca digo nada de lo vivido, jamás se imaginaran que estuve en ese sitio varias veces, que me provocaba deseos locos, que mi cuca lubricaba nada mas de pensar que iba a ir, que me excitaba con hombres reales de la vida común, nada que ver con los súper buenos de la telenovela, que eran hombres que podían estar en cualquier avenida, en cualquier calle, en cualquier residencia aledaña, que no importa profesión , ni su oficio, estatus social, ni nada por el estilo, ahorrando el falso cortejo y la parranda de mentiras mutuas de los preámbulos, solo y puro instinto animal de satisfacción sexual, el único leguaje que había era de la gestualidad sexual, pero sinceramente no me atrevo a contárselos, mis amigas a veces cuentan experiencias yo solo las escucho, más bien piensan que soy del tipo aburrida, recatada, solo les he contado que tengo en mi casa escondido un consolador, pero no les he dicho en que pienso cuando lo utilizo, la mayoría de las veces que lo hago es para sentir la doble penetración con mi marido, pero mi mente vuela inmediatamente al reflejo de poca luz del Urdaneta, a recorrer con el recuerdo todas esas butacas y la cantidad de hombres divinos encendidos de actividad sexual, esos penes de todo tipo que me podían satisfacer o yo de igual manera con mi cuerpo a ellos, las veces que he pasado sola temprano miro fijamente la entrada y siento todavía unas ganas terribles de masturbarme, la nostalgia del escenario, pensar que en caracas había otros cines pornos a los cuales nunca fui, pero que ya no existen y que tal vez nadie se interese por colocar uno de nuevo, el recuerdo de esperar que algún compañero de trabajo comprara el Diario Meridiano y pedírselo con la excusa de ver el horóscopo y disimuladamente observar las últimas páginas y ver la función que estaban pasando, bueno realmente veía lo rico de la imagen de la publicidad que no tenía nada que ver con la película que estaban pasando, pero a quien le importa eso, era la acción en vivo de la sala lo que importaba y pensar que en la esquina de abajo del Urdaneta hasta hay un hotel de mala muerte que no sé porque a mí se parece mucho al cine, imagino cuantas cosas ricas motivados por la desesperación entre hombres y mujeres salidos del cine habrán ocurridos allí o tal vez entre hombres y gay, una vez le dije a mi marido que si un día me animaba para no perder tiempo entráramos allí para matar las ganas rápido y volver a entrar al cine para encenderme de nuevo, tal vez uno que otro morboso que me gustara y estuviera pendiente de probar mi cuca, eso sí con las precauciones que amerite el caso o simplemente masturbarnos juntos, estoy consciente de que para algunos era un antro y para otras y otros era un paraíso, el refugió del sexo divino. Por ahora me consuela las pornos por internet “Video One”, “DT Video”, etc. He desarrollado un gusto por el Glory Hole que no existe en Venezuela, por los comic pornos sobre todo los de John Persons, el hentai es fascinante, el chat de sexo de terra algo fastidioso pero no encuentro nada mejor, los saunas mixtos que tampoco existen y a mi imaginación he dejado a la búsqueda de otros escenario y otros lugares, porque el cine está cerrado, he tenido otras experiencias muy excitantes, pero nada igual al Cine Urdaneta, El Cine Porno de Caracas.


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